Comentaristas de Wall Street Journal y Libertad Digital, salvando las distancias, vieron con cierta simpatía el asalto a la flotilla humanitaria a cargo de las IDF, saldado con muertes de activistas. Creo que estos, a menudo autoproclamados, libertarios estarían de acuerdo conmigo si digo que realizan con frecuencia cierta apología de los métodos que Israel utiliza como defensa. En sus editoriales hemos podido leer a menudo que los tripulantes no eran precisamente pacifistas y que guardan lazos con grupos integristas islámicos. Con todo, quiero hacer una reflexión respecto de la condición de libertario:
Es moralmente obligado para quien se considera liberal defender que un grupo de personas de cualquier tendencia política, ideológica o religiosa, reunidas u organizadas a partir del ejercicio de su propia y única libertad, pueda llevar a cabo cualesquiera actos que no violen derechos de otros individuos, y que no por ello sean reprendidos, agredidos o ejecutados a muerte. Por muerte entendiendo la privación de la vida, el más absoluto de los tesoros y sin el cual cualquier defensa de cualesquiera libertades individuales ulteriores carece por completo de sentido.
Lo sucedido en alta mar fue también una agresión a la libertad, so pretexto de estar ejerciendo una autodefensa legítima.
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