dimarts, 11 de maig del 2010

Mieditos sobre apropiación

¿Han oído alguna vez la expresión "ponerle puertas al campo"? Seguro que sí.
Pues bien, ser liberal, o quizá muy liberal, o libertarian en la acepción anglosajona, supone querer poner puertas al campo. Pero en el sentido literal del término.

Poniéndonos utópicos de nuevo, me asaltan algunas cuestiones cuando pienso en un mundo anarcocapitalista y me imagino lo que sucedería si la liberalización de los bienes de la naturaleza (el campo, el monte, los mares, los ríos, los desiertos, etc.) llegara a su máxima expresión y todo paraje tuviese su legítimo propietario. Cuestiones:

- ¿Las montañas tendrían propietario? Y si es así ¿Podría alguien hacer alpinismo en ellas sin pedir permiso a nadie o habría un vigilante o taquillero al pie de la montaña cobrándonos la entrada o indicándonos que no podemos disfrutar de ese bien del que no somos dueños?
- ¿Podría bañarme en los ríos? ¿En la playa?
- ¿Podría, por ejemplo, coger un coche desde Valencia hasta Asturias sin tener que bordear cierto territorio porque el mismo pertenece a un propietario que no desea extraños en su parcela?
- ¿Podría comprar un planeta e impedir que nadie salvo chicas playboy y yo tuvieramos derecho a pisarlo? (Si hay gente que ha comprado islas supongo que la respuesta a esta pregunta es sí.)
- ¿Habría que pagar entrada para ir al bosque? ¿Sería más barato que el cine?

2 comentaris:

  1. "“Supongamos que en el oasis se ha asentado un grupo de personas porque piensan que siempre podrán obtener agua a un precio razonable y un buen día descubren, quizá porque los restantes pozos se han secado, que para sobrevivir han de subordinarse a lo que el dueño del primer pozo les exija. Éste sería un caso claro de coacción” (p, 165), ya que el bien o el servicio en cuestión es “esencial para su existencia”. Sin embargo, teniendo en cuenta que este propietario no ha emponzoñado coactivamente los manantiales de la competencia, no puede decirse que “coaccione”; lo que ocurre es que ofrece un servicio vital y que le cabe el derecho o de negarse a vender o de señalar el precio que los clientes deberán pagar. La situación puede ser verdaderamente dramática para los consumidores, como tantas otras en la vida; pero difícilmente podrá decirse que el oferente de un servicio particularmente
    escaso y vital “coacciona”, tanto si se niega a venderlo como si marca el precio que los
    compradores tendrán que abonar. Ambas acciones caen dentro del ámbito de sus derechos
    en cuanto hombre libre y justo dueño del manantial. El propietario del oasis sólo es
    responsable de la existencia de sus acciones y de sus propiedades; no se le pueden pedir cuentas porque exista el desierto o porque se hayan secado los restantes manantiales"/
    Murray N. Rothbard
    http://www.eumed.net/cursecon/textos/Rothbard_libertad.pdf

    Si uno es un anarcocapitalista coherente (y Rothbard lo era hasta la medula) hay que tener estomago para asumir las conclusiones de las ideas hasta sus ultimas consecuencias. Si el estomago (y tu intuicion moral) te dice que aqui hay algo que huele mal, Van Parijs espera para ofrecer una alternativa iluminante que requiere un poco de paciencia... :p

    Un abrazo.

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  2. Too tempting to be ignored... :p

    http://krugman.blogs.nytimes.com/2010/05/14/why-libertarianism-doesnt-work-part-n/

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